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Estudiante de Atascadero High School restaura la topadora con orugas Terratrac CASE de 1958

A Casey Havemann le encanta ensuciarse las manos. Aprendió a montar una "cuatrimoto" a los dos años y ha crecido alrededor de maquinaria toda su vida.

Hace cinco años, su hermano mayor participó en el Programa de Educación para la Restauración de Tractores JB Dewar e inscribió un tractor/topadora Oliver Cletrac restaurado a la competencia anual en la feria California Mid-State Fair en Paso Robles. Casey quedó tan impresionado que quería restaurar un tractor por su cuenta, y ese año restauró un tractor David Bradley de 1959. Solo tenía 12 años.

"Desarmé todo, lo pinté y, luego, le puse todas las piezas nuevas. Me divertí mucho en la reconstrucción del tractor", cuenta Casey. "Un año después, comencé en mi Farmall Super C de 1951, que me enseñó mucho más acerca de los motores y las transmisiones. Estaba muy emocionado y feliz porque al fin formaba parte del Programa de Educación para la Restauración de Tractores".

Recientemente, Casey ganó el primer lugar en la competencia de 2020 con una topadora con orugas J.I. CASE Terratrac de 1958 restaurada como parte del Programa de Educación para la Restauración de Tractores JB Dewar que se realiza anualmente en San Luis Obispo, California.

"En Paso Robles, a unos 1,6 kilómetros (1 milla) de la feria, hay un depósito donde JB Dewar puede almacenar tractores que las personas han donado y fui a ese lugar en un día de limpieza, solo para ayudar", comenta Casey. "Lo vi allí y me llamó la atención porque estaba completo. Estaba en un estado suficientemente bueno como para saber dónde estaba todo originalmente. Y pensé que sería genial porque tenía un buen tamaño y no le faltaba nada".

Una bestia inusual
La topadora de orugas Terratrac es una máquina poco común. Fabricado entre 1957 y 1958, solo 496 de estos tractores/topadoras de orugas compactos salieron de la línea de producción. Son inusuales, y es aún más inusual encontrar una que esté casi intacta. La pintoresca máquina pesa aproximadamente 2089 kilos (4605 libras), y funciona con un motor de gasolina de 4 cilindros J.I. Case G-148 refrigerado con líquido de 2,4 litros y se fabricaba en la fábrica de J.I. CASE en Churubusco, Indiana.

Este Terratrac en particular forma parte de la valiosa historia agrícola de San Luis Obispo. La antigua máquina, rescatada de un viejo rancho familiar que se encontraba en proceso de juicio hipotecario, estuvo durante muchos años en la propiedad del Sr. Ernie Dalidio, conocido dueño de un rancho en el área, antes de que finalmente se donara al programa de restauración de JB Dewar. Lamentablemente, cualquier detalle adicional del historial de la máquina se ha perdido con el tiempo.

El Terratrac necesitaba trabajo, pero Casey estaba listo para el desafío. "El mayor desafío era mover las cosas de alrededor, y todas las partes pesadas", explica. "Afortunadamente, tenemos una carretilla elevadora y un elevador. Eso hizo que fuera un poco más fácil, incluso con todas las orugas y tratando de conservar la pintura de las mismas para que se mantuvieran listas para la exhibición".

"Algunas de las piezas fueron más difíciles de encontrar. Encontré muchas piezas de motor porque ese motor se usaba en muchos tractores, pero no pude encontrar las etiquetas ni nada, por lo que tuve que pedir unas personalizadas. Tuve que hacer los cojines del asiento por mi cuenta".

Durante todo el proceso, Casey tuvo que aprender cómo reconstruir un motor. También tuvo que fabricar muchas de las piezas de repuesto, ya que son tan difíciles (si no es que imposibles) de encontrar. "Sabía que necesitaba trabajar en el motor, por lo que aprendí bastante de mi papá, que me enseñó a reconstruir un motor y obtener las especificaciones correctas del arranque y los cojinetes".

"También usé el torno de mi abuelo Emmett. Probablemente trabajé 40 horas con él, haciendo algunas piezas, haciendo los pasadores para las hojas, los pasadores de las orugas y los vástagos del cilindro".

¿Qué sigue?
Este es el primer año de Casey en la escuela secundaria Atascadero High School, por lo que planea ir con calma y disfrutar de su tiempo allí, pero, de todos modos, está planeando más proyectos creativos. "El próximo año pienso construir un remolque para autos", comenta. "Y estoy terminando una parrilla que armé sobre neumáticos de carrito de golf".

Cuando se le preguntó cuál era el proyecto de restauración de sus sueños, Casey respondió "No lo sé. Tal vez una vieja Dodge Power Wagon sería bastante genial".

Mantenlo en la familia
Tim Havemann, padre de Casey, ha trabajado en United Rentals durante más de 26 años. Creció en un taller de pintura de automóviles y aprendió todo lo que sabe de su propio padre, Emmett Havemann, que ha manejado máquinas toda su vida.

Después de la escuela secundaria, Casey está pensando en continuar con la tradición familiar. "El próximo año pienso ir a la universidad Reedley", explica. "Es un programa diésel. Ahí es donde mi hermano acaba de graduarse este año, así que pensé que sería genial al menos ir a ver cómo es".

No importa lo que haga, no hay duda de que Casey Havemann tendrá un futuro brillante, creativo e interesante.

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